TU MAYOR FORTALEZA ES EL AMOR
Este mensaje de una bolsita de té que le ha salido a una persona muy
querida, me ha hecho pensar en el amor, pero no solo el amor a los demás, sino
el amor a una misma.
Por más que quieras a tu pareja, a tus amigos o a tu familia, hay una sola
persona que te va a acompañar desde que naces hasta que mueras. Estará contigo
siempre. En tus mejores momentos y en los peores. Y será responsable de ambos.
Esa persona eres tú misma.
Oscar Wilde
dijo: “Quererse a uno mismo es el inicio de una historia de amor eterna”.
Aprender a amarte a ti mismo puede ser la lección más valiosa de tu vida i
esto es una de las cosas que más me ha costado aprender, pero los años me han
hecho ver que siempre voy a estar ahí conmigo misma, para bien y para mal, pase
lo que pase y que por más que quiera a
mi pareja, mi familia, mis amigos hay una persona que siempre está ahí,
acompañándome hasta el final, siempre, en mis mejores momentos y en los peores
y será responsable de ambos. Esta persona soy yo.
Así que la pregunta es:¿Cómo quiero que sea esta relación?
Puedo elegir quererme, odiarme,
criticarme o elogiarme, juzgarme o liberarme… elija lo que elija yo seguiré
ahí, así que si soy inteligente debo elegir bien.
Amar quien soy. Lo ideal es tener
la capacidad de señalarnos los fallos cuando corresponda, aunque siempre
habrá momentos en los que no nos caigamos
bien a nosotras mismas, pero lo importante es no ser taxativas, podemos cambiar
un poco la frase: “no me caes muy bien ahora mismo con esto que ha pasado.” Esto
nos puede ayudar a crecer, porque no es una etiqueta sino una situación
puntual, algo que he hecho o dicho no me ha gustado, lo analizo a posteriori
con amor y comprensión y lo puedo cambiar para mejorar. Esto es amarnos y
tratarnos con compasión, teniendo en cuenta que si no lo hacemos nosotras no lo
hará nadie.
Decía Brené Brown, una escorpiana, académica y escritora estadounidense,
actualmente profesora e investigadora en la Universidad de Houston, que “nuestro
sentido de pertenencia nunca puede ser mayor que nuestro nivel de
autoaceptación”. Porque para que el amor surja se necesita vulnerabilidad. Para
ser vulnerables, necesitamos ser auténticas y para ser auténticas tenemos que
querernos a nosotras mismas. Este es el
camino inevitablemente.
Si pudiéramos elegir entre estar
siempre junto a alguien que critica cada paso que damos o junto a alguien que
siente amor y compasión por nosotras, ¿a quién elegiríamos? Pues ahí tenemos la razón más importante para
querernos. En realidad se trata de convertirnos en la persona que nos caiga bien,
pero no podremos caernos bien si no nos
respetamos a nosotras mismas, si no nos cuidamos, si nos criticamos siempre.
Álex Rovira Celma, empresario, escritor y conferenciante co-autor del Best
seller “La buena suerte”, dice: “Haz y sabrás quién eres”. Podemos decir que se
refiere a tomar decisiones que te acerquen a la persona que quieres ser. Sé auténtico.
No nos puede caer bien alguien que deja que los demás le pisoteen, que no lucha
por lo que quiere o no actúa en consonancia con sus principios. Este es el
primer paso para trabajar cada día en
convertirse en alguien a quien podemos admirar. Y este paso, el de caerte bien
a ti mismo, es esencial para avanzar
hacia el camino del amor propio. Sin embargo, es importante no confundir la
autoestima con el amor propio.
Autoestima y amor propio. La autoestima, como decía el psicólogo Walter Riso: “Es una valoración que
haces de tu valía personal de acuerdo con el rendimiento o el resultado de
algún tipo de actividad”, es decir, que está condicionada a lo externo. El amor
propio es la aceptación de una misma, con relación a la dignidad y el respeto
personal. Una actitud y un conocimiento de lo que valemos como persona por el
mero hecho de estar vivos, independientemente de lo externo. Por lo tanto es
una actitud de querernos y de cuidarnos, de estar pendiente de nuestras
necesidades y una actitud de autocompasión. Implica cuidar nuestra esencia y
respetarla por encima de todo.
Aprendiendo a amarnos. Hay tres pilares importantes para trabajar
el amor a nosotros mismos:
Autoconocimiento en profundidad: Se trata de comprender cuáles son nuestras
fortalezas y limitaciones, sin juzgarnos, con respeto y con aceptación, eso nos
ayudará a mejorar, reconvertir limitaciones y mejorar fortalezas.
Autoaceptación incondicional: Esto consiste en aceptarnos tal como somos,
abrazamos toda nuestra persona (amor
propio) incluso aquello que estemos trabajando para mejorarlo. El amor propio
no es ciego, pero sí compasivo. El amor propio no es simplemente una sensación de bienestar, es una acción y
representa una elección. Es la autoaceptación, una forma de relacionarse con
uno mismo que también implica la
comprensión de lo que consideramos errores o fracasos, significa la capacidad
de hablarse a uno mismo sin reproches ni juicios.
Autovalidación en nuestro proceso: En este punto debemos valorar nuestro
esfuerzo y sobretodo cada pequeña victoria sin la necesidad de reconocimiento
externo. Cuando nos convertimos en el alma de la fiesta interna, la fiesta de
nuestra propia vida, cada día es domingo.
Referencia: CuerpoMente. Celia Pérez. Redactora
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.