COMPAÑEROS Y JEFES TOXICOS
Las personas “tóxicas”
o mejor dicho personas con comportamientos tóxicos son aquellas que desgastan,
intimidan, cosifican a la otra, la culpabilizan y la ningunean.
Al referirnos a ese
tipo de personas, sabemos que podemos apartarnos de ellas, aunque no sea una
tarea fácil. Sin embargo hay circunstancias en que es más complicado y tenemos
que tratar con ellas, esto es, en el trabajo o en determinadas circunstancias.
Cuando se trata del
trabajo además de tratar con esa persona hemos de verla cada día y trabajar con
ella en el ambiente laboral, llegar a objetivos, coordinar esfuerzos, trabajar
en equipo o distribuir tareas. Todo muy complicado cuando se trata de
personas con este perfil.
Podemos agruparlas en los siguientes perfiles:
La protagonista: Es una
persona que busca siempre ser el centro
de atención. Se adueña de las conversaciones imponiendo sus puntos de
vista. Es siempre muy competitiva y hace lo que sea para lograr sus objetivos.
Informal: Nunca respeta los
tiempos de entrega. Siempre se retrasa
con el trabajo, llega tarde a las reuniones y al trabajo, etcétera. La irresponsabilidad de este tipo de
persona afecta a los demás en un grupo de trabajo.
Cotilla: El lugar de trabajo es ideal para
este tipo de persona. Lo podemos ver, sobre todo en la hora del café,
comentando e informando sobre los demás. En ocasiones, actúa observando e
informa a su superior sobre detalles irrelevantes pero que perjudican al resto.
La persona desganada: Una de las peores compañeras de
trabajo es aquella persona que realiza su trabajo
de manera poco eficiente. No les importan ni su trabajo ni sus
compañeras de trabajo. Emplean la ley del mínimo esfuerzo algo que repercute negativamente en el grupo de trabajo.
La persona siempre cabreada: La cabreada parece siempre muy
ocupada. Es por eso por lo que nunca te saludará ni brindará una sonrisa. No le
gusta trabajar en grupo, prefiere el trabajo individual.
Espíritu de contradicción: Es una
persona que nunca está de acuerdo con las opiniones o decisiones de los demás.
Siempre lleva la contraria. Es muy difícil trabajar con ella puesto que cuesta
llegar a un acuerdo.
La competitiva: Su
competitividad no tiene límites. Nunca deja escapar una buena oportunidad.
Siempre están al acecho para adueñarse
de los méritos de los demás a ojos de sus superiores.
Pero el objetivo es ¿Cómo podemos convivir con personas de este tipo? La
mejor manera es analizar bien la situación y entender a este tipo de personas
para poder trabajar de una forma que no nos afecte su manera de actuar.
Para ello debemos tener las cosas muy claras y no entrar en su juego. No es
fácil y muchas veces nos sacan de
quicio, pero una vez que sabemos cómo son, debemos aceptar que no está en
nuestras manos cambiarlas, así que las aceptaremos tal como son. Cuanto mejor
estemos con nosotras mismas, mejor vamos a aceptarlas a ellas.
Vamos a hacer
una pequeña reflexión: “Si me afecta tanto, qué motivo hay en mí” Una vez analizadas
las razones posiblemente entenderé mejor toda la situación. Quizá estoy
proyectando mis defectos en la otra, o tal vez no me gusta porqué mi orgullo me
impide verla con humildad y aceptarla tal como es, sin juzgarla.
Modificar nuestro punto de vista y tratar de ver la situación con sentido del humor y
aprendiendo que esto, que tanto nos disgusta, no vamos a hacerlo nosotras en
ninguna situación. Eso va a ayudarnos.
Va a ser de vital importancia que tengamos una buena autoestima y
autoconcepto para no permitir buscar aprobación en los demás, en concreto la
aprobación de estas personas de las que nunca vamos a obtener. Tampoco vamos
a obtener nada que nos pueda beneficiar, no nos van a elogiar y si pueden van a
interferir en nuestro trabajo o nos van a descalificar. Así que va a ser muy
importante tener las cosas claras, ser muy cuidadosas en nuestro trabajo,
realizarlo de la mejor manera que sepamos, con responsabilidad y
efectividad. Si nos equivocamos tener la humildad de reconocerlo y aprender de
los errores. Ayudar y colaborar con el resto, de forma humilde, nos subirá la
autoestima y a la larga nos compensará más, que enorgullecernos de lo bien que
lo sabemos hacer todo y de los pocos fallos que tenemos. Recordemos que no
somos infalibles.
Coincidir con personas tóxicas nos proporciona muchos aprendizajes, que si
sabemos aprovecharlos, nos hace ser mejores personas. Eso cuesta, lo no niego,
porqué resulta más fácil aquello que decimos y sentimos: “Esa persona saca lo
peor de mí”. Pero lo que debemos conseguir es que esa persona saque lo
mejor de mí. Entonces habremos ganado la batalla, saldremos victoriosas y
fortalecidas. Y os aseguro que si conseguís esto, habréis conseguido esa
felicidad tan buscada y nada efímera.
En definitiva hay más cosas positivas que negativas si sabemos darle la
vuelta a la situación. Si esa compañera o compañero de trabajo es envidioso y critica,
podemos fortalecer el grupo aumentando el compañerismo a base de no entrar en
el chismorreo, ser coherentes y decirle claro que no entramos en su juego Quien
más o quien menos habla de los demás. El problema es si esto se utiliza como un
mecanismo negativo o si nos creemos todo aquello que nos dicen.
La persona que continuamente lleva la contraria puede, también,
fortalecer el grupo. ¿Por qué? Porque nos permite ver “la otra cara de la moneda”, sopesar todas las opiniones y ser conscientes de que vamos o no bien
encaminadas en nuestro trabajo.
Cuando llevar la contraria se hace por sistema entonces surge el problema y
la solución pasa por diversas estratégicas, podemos ser personas escépticas (En la filosofía
clásica el escepticismo es una corriente filosófica basada en la duda,... Los
filósofos escépticos no creen en una verdad objetiva, porque todo es subjetivo, dependiendo del sujeto que estudia y no
del objeto estudiado.)
Aunque cada situación nos dará las pautas para la mejor
actuación.
EN EL CASO DE QUE NOS ENCONTREMOS CON UN JEFE TÓXICO. Nos podemos
encontrar de todo, hay jefes extraordinarios como personas y como jefes y los
hay que son nefastos en las dos vertientes.
Cuando hablamos de jefes tóxicos nos referimos a esas personas que
están a cargo de un departamento, a cargo del personal o que lideran un equipo
¡y lo hacen de pena! Son personas injustas, arbitrarias, impredecibles… que
pueden hacer que lleguemos a odiar nuestro trabajo, que aborrezcamos nuestra
profesión que tanto nos ha costado alcanzar y que tanto amamos. Sin embargo
esas personas que nos pueden hacer perder el sueño tienen muchos puntos débiles
que debemos conocer para ponerlo todo en su sitio. Veamos:
“Llamarse
jefe para no serlo es el colmo de la miseria”
-Simón
Bolívar-
TIPOS DE JEFES TÓXICOS:
Lo primero que haremos será establecer los tipos de jefes tóxicos con los
que nos podemos encontrar. Solo siendo capaces de identificarlos podremos
rechazar su influencia negativa. Para ello, nos basamos en la obra del escritor Vijay Nair “El jefe no es tu amigo
Vijay Nair insufla a su obra de un poderoso sentido
del humor, sin perder rigurosidad en su trabajo. Este escritor disecciona
con gran acierto a los líderes más deplorables del organigrama empresarial de
la India. Y por ello nos hemos fijado en su escrito, porque sin unas risas,
cuesta más digerir estas situaciones.
El jefe trepador
Para Nair, existen 5 tipos principales de jefes tóxicos. El más curioso y habitual suele ser el jefe trepador. Este personaje
es fácil de identificar, pues tiene por costumbre adueñarse de las buenas
ideas de los demás. Pero no se queda ahí: además de su incapacidad, suele
culpar a los empleados de sus propios errores y de su ineficacia.
El inseguro
Otro tipo de jefe tóxico es el supervisor inseguro. Esta clase de líder suele
buscar una camarilla de aliados que le sigan allá donde vaya. Utiliza a
estos seguidores como vigilantes de lo que ocurre a su alrededor ya que teme
que los empleados que tiene a su cargo se puedan volver contra él en cualquier
momento.
El workaholic y el vago
Vamos ahora con dos tipos de jefes tóxicos que forman parte de un mismo
continuo, podríamos decir que ocupando extremos contrapuestos. Por un lado
tenemos al workaholic, un personaje que no tiene vida más allá
de la oficina y pretende que tu existencia sea igual. Frente a él
encontramos por otra parte al vago, que siempre esperará que hagas tu trabajo y
también el suyo.
El arrogante
Por último, tenemos un quinto tipo de jefe tóxico muy común, el mandón
arrogante. A las personas con este perfil jamás las escucharás pedir una
disculpa, pues son incapaces de equivocarse. Por añadidura, tampoco suelen
escuchar a nadie más que a sí mismos.
“Si no
tienes jefes tienes muchas más posibilidades de ser feliz que si te mandan”
-Eduardo
Punset-
COMO ACTUAR ANTE UN JEFE TÓXICO
Hemos dado el primer paso. Ya tenemos información útil para identificar al jefe tóxico. Este detalle es importante para saber cómo lidiar con estos perfiles.
Ahora bien, ¿qué podemos hacer para que no nos afecte directa y personalmente?
Sigue estos consejos:
- Jamás te impliques personalmente. Es más, no debes reaccionar ante los abusos,
las críticas o la injusticia de forma emocional. Si te mantienes en calma,
evitando el enfrentamiento y con actitud hierática, es posible que busque
otro foco de sus iras.
- Acude a tu supervisor si la situación persiste. Es decir, en lugar de confrontar, acude a él.
Trata de entenderle y saber exactamente qué es lo que quiere. Si sabes qué
espera de ti, te resultará más sencillo complacer sus exigencias.
- No se te ocurra pensar que puedes cambiar a un
jefe tóxico. Generalmente, son personas
conflictivas tanto en el ambiente laboral como personal. Así pues, no
podrás hacerle variar su actitud, por lo que solo debes navegar por las
procelosas aguas de sus formas.
- Recuerda que tu jefe no es tu amigo. Así pues, que él actúe como quiera, pero ello
no debe ser óbice para que tú no seas profesional. Haz tu trabajo lo mejor
que sabes y puedes y compórtate como una persona educada y capaz.
3 claves extra para lidiar con jefes tóxicos
Además, ten en cuenta que:
- Es bueno tener todo documentado por escrito. Así pues, haz acopio de correos electrónicos y
papeles que un día te serán de gran utilidad, si el conflicto se
recrudece.
- En tu vida personal, disfruta y olvida el trabajo. Es un ejercicio muy complejo, pero también
necesario. Fuera de la oficina, abandona los problemas laborales. Si no,
solo lograrás que tu vida se convierta en un infierno.
- Si nada de esto ha surtido efecto, queda una
última opción, abandona tu puesto de trabajo. Si alguien te hace la vida imposible y se ha
convertido en tu realidad durante las 24 horas, por salud mental y física,
olvídate de ese empleo, pues la situación siempre irá a peor.
Estas claves de Vijay Nair pueden serte muy útiles para poder desempeñar
nuestro trabajo sin que un jefe tóxico nos afecte demasiado. Si un día te
encuentras en alguna de estas situaciones o con estos personajes, no dudes en
ponerlas en práctica!
*Nota editorial: sabemos que el mercado laboral no
está como para dejar un empleo a las primeras de cambio. Si no puedes hacerlo
por razones económicas, lo que te recomendamos es que te pongas a buscar un
empleo mientras sigues trabajando. Esta solución es mucho más efectiva que la
queja diaria, ya que tú mismo estarás intentando salir de forma activa de esa
situación y alimentando un hilo de esperanza.
Fuente: LA MENTE ES MARAVILLOSA.