TENER QUE DECIR “NO TE QUIERO” REQUIERE MUCHO VALOR.
Todos
nosotros hemos vivido el amor y el desamor y conocemos las consecuencias
emocionales que tienen, la desilusión que sientes cuando te dicen que ya no te
quieren o el dolor que nos atraviesa al decir “ya no te quiero”. El desamor ha
sido tratado por la literatura, la filosofía, el cine, la psicología y muchas
otras áreas, pero al final en el
momento crucial, cuando somos los protagonistas, nos quedamos sin palabras.
Asociamos el desamor con algo
negativo, por diversas razones: Una ruptura de una relación se entiende como un
fracaso personal y social; el
desamor conlleva unos patrones que se parecen a un estado de duelo por la
muerte de una persona querida; el desamor está
relacionado con una sensación de abandono.
Los secretos del desamor
Una pareja puede pasar por momentos de crisis, pero
hay veces en que la crisis no tiene solución. No olvidemos que una relación es algo vivo que puede
cambiar por muchos motivos, y como se suele pensar no siempre se debe a la aparición de otra persona, en
ocasiones es porque languidece la relación o
por cambios en la forma de
pensar de cada persona, entre otros motivos.
Cuando llega el momento de romper una relación y de
decir “ya no te quiero”, la rabia, el dolor y el aislamiento se apoderan de
nosotros y nos sentimos pequeños y traicionados. Según John Cacioppo, director
del Centro para la Neurología Cognitiva y Social de la Universidad de Chicago
en Estados Unidos: “Fuimos
diseñados para establecer lazos y es muy hiriente que estos se rompan
porque la persona en quien confiaste y en quien creíste te falló.”
El corazón roto
Tener roto el corazón es una de las metáforas más
utilizadas para expresar el desamor. Se ha demostrado científicamente que en las situaciones de ruptura de pareja, se sufre
una caída del ritmo cardíaco por debajo de los 60 latidos por minuto,
sobre todo los primeros días tras la separación.
Dolor corporal
Según un estudio holandés publicado por la revista
Psychological Science, cuando sufrimos
desamor se activan las mismas áreas del cerebro que cuando sentimos dolor
corporal, por lo que existe una relación entre los sentimientos
y el dolor físico.
Perder a una
pareja cuando estamos enamorados
Según diversos estudios científicos, el dolor
de perder a una pareja cuando estamos enamorados es similar al que se siente
cuando se pierde a un ser querido. Esta pérdida activa las mismas
regiones que el dolor en el cerebro.
Las
probabilidades de romper
La antropóloga Hellen Fisher afirma que alrededor del
cuarto año de relación suele llegar un momento en el que viviremos una
situación en la que tendremos que definirnos por el amor y no por el
enamoramiento basado en la simple atracción.
Formas de decir: ya no
te quiero
Es muy difícil decirle a alguien “ya no te quiero”.
Es importante que antes hayamos tenido una reflexión muy profunda sobre lo que
sentimos y qué es lo que nos ha llevado a esa situación. Nunca es un buen
momento para hacérselo saber a la otra persona, pero sí es importante que
seamos honestos y sinceros.
A la hora de comunicar
la noticia a nuestra pareja, es fundamental mantener una actitud sincera y
firme y, sobre todo, escuchar de forma activa a la otra persona.
La conversación debe realizarse cara a cara y sin rodeos, para demostrar
respeto. Es bueno que sea una conversación en la que mostremos convencimiento,
empatía y escucha.
Si
la otra persona no acepta la situación o nos echa en cara reproches o críticas,
es esencial dejar que hable y escuchar, pero mantenernos firmes en nuestra
decisión. No entrar a defendernos y sortear los chantajes emocionales, por eso
es tan importante meditar la decisión antes.
Utilizar
un tono de voz firme y una postura erguida ayudan a transmitir el mensaje con
seguridad y a dar la sensación de que estamos plenamente convencidos de lo que
decimos. Es muy importante
ser honesto y comprensivo y decir lo que uno piensa y siente de forma amable.
No olvides que decir “ya no te quiero” requiere mucho valor.
Conversar desde lo más auténtico del
corazón propicia el entendimiento.
Si
no es así, seguramente es porque, en verdad, se trata de una relación que no
tiene oportunidad de crecer. Ahí sí vale la pena terminar, sin otro propósito
que el de mejorar la vida para ambos.
Cada pareja es un mundo distinto y con muchas
particularidades.
Peculiaridades que por otra parte cambian a lo largo del tiempo, intentando
adaptarse a una realidad de por sí cambiante. Una realidad de la que los
miembros de la pareja pueden echarse mutuamente sin querer, de manera gradual y
sin notar los cambios, de forma que un día se dan cuenta de que la persona con
la que duermen cada noche es un extraño.
A
veces por miedo a la reacción de nuestra pareja nos escudamos en frases banales
como “No eres tu soy yo”, “Ya no estoy enamorado/a” o “Me he enamorado de otra
persona”. Pero en el fondo existen motivos que no nos atrevemos a
verbalizar. Así, si sigues leyendo, a continuación vamos a ver
algunos de esos motivos.
Ausencia de comunicación
Tanto en relaciones de pareja que acaban de empezar
como en relaciones largas, es bastante común que exista un gran miedo a
expresar sentimientos. Un miedo que aparece especialmente cuando alguno de los
miembros de la pareja empieza a sentir miedo a mostrarse vulnerable. Así, tiene
la sensación de que comunicando su dolor o su alegría le da información a su
“rival-pareja” para que gane todas las disputas.
Por
otra parte, diciendo la verdad tememos dañar y que nos dañen.
De esta manera, silenciando lo que nos falta evitamos que empiece la guerra de
reproches y el dolor. Así, vamos acumulando y acumulando y acumulando… y ya
sabéis qué pasa cuando ya no cabe nada más.
Mostrar indiferencia
Walter Riso en su “Guía práctica para no sufrir de
amor” sostiene que una de las mejores formas de acabar con el amor es
la indiferencia. Yo diría que más que con el amor, la indiferencia es
el ácido más corrosivo que puede existir en cualquier tipo de relación. Manda
un mensaje claro: no me importas. No me importa lo que pienses, ni lo que
sientas, ni lo que hagas.
Además, la indiferencia
suele mezclarse con el orgullo. ¿Por qué? Piensa, ¿qué sueles hacer
cuando alguien te muestra indiferencia? Lo más normal es que se la devuelvas.
Es decir, si tú no me hablas yo tampoco. De manera que la indiferencia no solo
es peligrosa en sí, sino que además nos hace muy cabezotas.
Falta de compromiso
Hay que entenderlo en el contexto social. La mayoría
de los jóvenes, cada vez más, tienen la sensación de que la vida es muy larga,
de que les queda mucho por vivir, por probar, antes de decidirse por la persona
con la que compartirán el resto de su vida. Por eso, la falta de
compromiso en el siglo XXI va unida al miedo a perderse experiencias,
a tener que dar explicaciones demasiado pronto.
En
las personas con una edad más avanzada, la situación es más compleja y los
miedos suelen ser otros. Muchas de estas personas pueden venir de haber pasado
por relaciones anteriores en las que se han sentido traicionados, después de
montar todas sus vidas en torno a una relación. Temen el compromiso
porque antes alguien ya lo traicionó cuando ellas lo mantuvieron.
Por
otro lado, hay otras personas que ya empiezan una nueva relación con hijos más
o menos pequeños, por lo que las decisiones que tienen que tomar ya no solo le
afecta directamente a ellos, sino que si se equivocan también lo van a pagar
ellos.
Una tercera persona
El amor no es necesariamente eterno ni, por lo tanto,
fijo. Al igual que todo lo que acontece a nuestro alrededor cambia y nuestros
sentimientos también. De hecho, el propio amor cambia. Ya no se trata de querer
más o menos, sino con diferentes matices.
Así, muchas parejas se terminan porque quizás
tenían que hacerlo, porque se ha extinguido el amor.
Las razones por las que
se termina el amor según la ciencia
Varios científicos de la Universidad de Western en
Ontario (Canadá), seleccionaron a 6.500 personas (tanto hombres como mujeres)
para hacer un estudio y descubrir las verdaderas razones por las que el amor de
pareja termina.
El estudio consistió en hacer varias entrevistas a
cada persona del grupo seleccionado. Finalmente, los investigadores llegaron
a la conclusión de que las principales razones por las que suelen
terminar las parejas son las siguientes:
La falta de sentido del
humor
El
humor es esencial en cualquier ámbito de nuestra vida, personal, profesional y,
por supuesto, en las relaciones de pareja. Una persona que nos hace
reír y que tiene sentido del humor nos conquista, nos divierte y nos
hace sentirnos plenos y felices.
Aprender a sonreír y a compartir con nuestra pareja nos puede unir mucho y, por el contrario, ser demasiados serios o
perder el sentido del humor es posible que afecte de forma negativa a nuestra
relación. Una persona que está siempre triste o seria nos transmite
negatividad.
La falta de confianza
Otra de las razones por las que
según el estudio termina el amor en las parejas es la falta de confianza. Pueden ocurrir muchas cosas en una relación, pero
si descubrimos que la otra persona no ha sido honesta o nos ha mentido en algo
perderemos la confianza.
Una vez perdida la confianza en nuestra pareja, es muy
complicado recuperarla, porque
existirá mucho recelo y una gran cantidad de dudas se interpondrán entre los
dos miembros de la pareja. Superar esa situación es un obstáculo muy duro.
La falta de intimidad
La falta de intimidad con nuestra pareja es una de
las razones por las que suelen terminar las relaciones, ya que el hecho de no querer cuidar los momentos de intimidad con
nuestra pareja es una forma de indiferencia y la indiferencia,
como hemos dicho antes, gota a gota termina con la relación.
Dentro de la intimidad, en las parejas englobamos a
las relaciones sexuales. Al inicio de las relaciones, el deseo sexual suele ser
fuerte, pero llega un momento en el que la rutina se instala y este deseo
sufre. Sufre por las prisas, por las preocupaciones y por otras ilusiones que
compiten con la persona amada.
Cinco apoyos sólidos
para enfrentar una ruptura
La peor ruptura es aquella en la te preguntas “¿por
qué dejó de amarme?” y ves que no hay razones externas, que la razón eres tú
mismo. Walter Riso,
en su libro “Manual para no morir de amor” nos cuenta como un hombre le decía
entre lamentos: «Lo que lo hace más cruel, lo que
más me duele, aunque parezca absurdo, ¡es que no me ha dejado por nadie!… Nada le
impide estar conmigo, sino ella misma…». […] «Si no hay nada
externo, ni amantes, ni crisis, ni una enfermedad… no cabe duda: ¡el problema
soy yo!».
Que nos dejen es una prueba de fuerza para nuestro
ego, porque es muy complicado admitir que ya no nos quieren o se han enamorado
de otra persona. Nuestro ego no
se lo cree, nos impulsa a pedir explicaciones cuando no hay más razones que una: el amor a veces se termina.
“Intenté ahogar mis dolores,
pero ellos aprendieron a nadar”
-Frida Kahlo-
Pueden dejarnos una o mil veces
a lo largo de nuestra vida, pero siempre duele. Aunque de distinta manera y en
un tiempo diferente, pero el vacío que se siente es desolador todas y cada una
de las veces. Así, por mucho que hayamos aprendido, se produce una tormenta de
sentimientos en nuestro corazón. Por eso, te proponemos 5 frases
que te ayudarán a empezar a superar una ruptura y a pensar con mayor
objetividad.
Aprende a perder y
rodéate de quien te ama
No tiene sentido intentar convencer a alguien para
que te quiera, el amor va por ese camino. A veces es necesario dejar ir si
queremos ser felices y encontrar a otra persona que realmente nos quiera y nos
aprecie por lo que somos. Al cabo del tiempo una vez superada la fase de duelo,
incluso puede que llegue el momento en que demos las gracias por esa
ruptura que tanto nos dolió.
Las personas que te aman de verdad, tras una ruptura
te apoyan en tu decisión, te animan a salir adelante, no te recuerdan lo bueno
que fue tu ex, te quieren sin condiciones. Lo que necesitas en un
momento tan complicado son abrazos y palabras de consuelo, una mano
amiga.
Recuerda lo bueno y lo
malo y disfruta la soledad
Tu relación ha tenido cosas buenas, pero también ha
tenido momentos malos y debes recordar ambos para tener una visión objetiva de esa relación que se ha roto. No pasa nada, tu
vida sigue y tras un periodo de duelo más o menos largo, incluso podrás llegar
a agradecer esa ruptura.
Tenemos mucho miedo a la soledad y en gran cantidad
de ocasiones dejamos de lado cosas o no hacemos cosas que nos gustan por no
hacerlas solos. ¿Y si pruebas a ir al cine solo o sola? A lo mejor alguien te
mira, pero en unos segundos todo será de lo más normal y nadie te observará.
Deja que la soledad te acaricie y utiliza tu tiempo para reflexionar y
conocerte, para saber más de ti misma.
El amor se debe sentir y
ver: evita idealizar
No es suficiente que nos digan que nos quieren, el
amor lo debes sentir en cada poro de tu piel, en cada gesto y en cada mirada. El
amor está hecho de palabras, pero también de acciones. Si no sientes
el amor en todo su esplendor, es un amor que no te vale.
Tu ex tiene virtudes, pero también tiene defectos que
tendemos a dejar de ver después de un tiempo tras la ruptura. Pero es
necesario ver la cruda realidad, ver lo que hay, con total sinceridad y saber
que hay aspectos de esa persona que no nos gustan y por qué motivo. Es
un ejercicio que requiere una gran valentía y que duele, pero es esencial ver
la cruda realidad, sea cual sea.
Una ruptura te enseña lo
que no quieres saber del amor
Una separación nos puede hacer reflexionar sobre lo
que queremos del amor y a lo mejor no lo tenemos claro, pero seguro que sí
sabremos lo que no queremos, aquello por lo que no deseamos volver a pasar.
Es necesario pensar que es lo que
no queremos repetir: no quiero tener una relación sin sexo no quiero
tener una relación en la que la otra persona me ignora o me engaña, no quiero
que mi pareja sea aburrida. Es lo que Walter Riso llama “la sabiduría del
no”.
Explora situaciones
nuevas
A lo mejor hay un curso de cocina, de escritura, de
pintura o de cualquier actividad que te guste, que siempre quisiste hacer… pues
este es el momento, apúntate y comienza a disfrutar de lo que te interesa y desarrolla
tu verdadera pasión, seguro que lo vas a disfrutar.
Las
situaciones nuevas pueden ser un aliciente para salir de nuestra zona
de confort y perder el miedo a hacer cosas diferentes y enriquecedoras
que nos ayuden a conocernos y a aceptarnos. Podemos conocer gente nueva con la
que sentirnos identificados y disfrutar de la vida y de las pequeñas cosas.
“Si no te aman no ruegues ni te
arrodilles. El amor no se suplica ni se exige, solo acontece. Y si no ocurre,
te retiras dignamente y a otra cosa”
-Walter Riso-
Elegir ser prioridad,
elegir ser feliz
Asumir que uno es su prioridad es una cuestión de
elección. Cuando ves que tu
mundo interior se convierte en una batalla entre los deseos propios y las
expectativas de los demás, esto nos hace caer en un profundo hoyo emocional.
Merecemos atendernos, escucharnos y ser los
protagonistas de nuestra película, una película en la cual hay un telón de fondo que debe permanecer
siempre: el amor propio. Este tiene como base la
consideración de uno mismo alejada de los sometimientos ajenos.
Si queremos decir
NO, estamos en nuestro pleno derecho. Si queremos decir BASTA, también. Si
queremos no negociar los términos de una relación porque vemos perjudicados
nuestros anhelos, también.
Tenemos que procurar ponernos a salvo de nosotros
mismos y no engañarnos con falsas promesas escritas en puntos suspensivos.
Cuando los anhelos y los derechos de uno mismo están en juego, no todo
vale. Por eso hemos de dejar a un lado esa falsa idea de que en el
amor y en la guerra cualquier cosa puede ser válida.
La mayor aventura que podemos
vivir es la de quererse a uno mismo
Decidir y elegir por nosotros es la elección que
mayores garantías de felicidad nos ofrece. Por eso el proceso se articula en
distintos puntos que siempre debemos tener en cuenta. Veamos algunos puntos
clave:
Rodearnos de gente que
suma, no que resta
La gente que nos aporta luz, que nos conmueve y nos
considera es la gente que merece la pena y la alegría. Dejar a un lado aquellas relacionas que nos sumen en
el sufrimiento es un principio de salud emocional que TODOS debemos tener muy
claro.
Las personas auténticas
son sinónimo de relaciones auténticas
Tendemos a realizar un copia y pega en nuestras
relaciones. Solemos
conformarnos con relaciones que son monótonas por el miedo a la incertidumbre y
al vacío emocional. Las personas no siempre encajan con lo que somos o
necesitamos, al igual que nosotros tampoco lo hacemos. Perder ese miedo y
decirle adiós a la influencia del temor nos ayuda a liberar nuestros derechos
de búsqueda de relaciones significativas.
Cultivar nuestras
fortalezas nos ayuda a atender a nuestro YO interno
Para ser felices debemos realizar un viaje interior
por medio del cual trabajemos nuestras características fundamentales. Si alguien o algo nos controla y no nos ofrece un
apoyo que permita el crecimiento, estamos hipotecando nuestros puntos fuertes y
cavando una profunda fosa para debilitarnos a través de nuestras necesidades.
Si equilibramos estos puntos, los cambios se
acercarán a nosotros de una manera más natural y saludable. Por eso
conviene que hagamos uso de nuestro amor propio en cada momento. Abrir
los ojos y hacernos valer es un punto clave para conseguirlo.
No trates como prioridad
a quien te trata como una opción
Deberíamos valorar solo a aquellas personas que nos
valoran y no tratar como prioridad a quien nos trata como una opción.
Resulta costoso hacerlo, lo cual en gran parte se debe a que habitualmente
guardamos la esperanza de que el egoísmo se torne en agradecimiento y en
interés mutuo.
Sin embargo, lo que estamos haciendo así es hipotecar
nuestro bienestar a las voluntades de los demás, tapándonos los ojos ante las
evidencias y no escuchando a nuestras necesidades afectivas, presos del egoísmo
ajeno.
Con estas ideas
arruinamos nuestro presente por alimentar las esperanzas de cambios que nunca
llegan, muchas veces debido al recuerdo de un pasado que ya no tiene futuro.
De
todas maneras en este sentido y aunque sea de manera fugaz e intermitente,
somos capaces de darnos cuenta de que hay algo que no está funcionando como
debe en nuestras relaciones, que las personas cambiamos y que con el
tiempo mostramos nuestra cara menos amable y más interesada.
Lo que aprendemos con el tiempo
Hay un texto que se atribuye a varios autores (Borges
o Shakespeare entre otros) que refleja de una manera estupenda aquello que
aprendemos a lo largo de la vida.
Resulta un buen ejercicio repasar frase por frase y ver qué significa y qué podemos cambiar o
comprender para mejorar en nuestras relaciones.
1.
Con el tiempo
aprendí la sutil diferencia que hay entre tomar la mano de alguien
y encadenar un alma.
2.
Con el tiempo
aprendí que el amor no significa apoyarse en alguien y que la
compañía no significa seguridad.
3.
Con el
tiempo…empecé a entender que los besos no son contratos, ni los
regalos promesas.
4.
Con el tiempo aprendí
que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa
que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
5.
Con el tiempo…te das
cuenta de que casarse solo porque “ya urge” es una
clara advertencia de que tu matrimonio será un fracaso.
6.
Con el tiempo comprendí
que solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin
pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.
7.
Con el tiempo te das
cuenta de que si estas al lado de esa persona solo por acompañar
tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
8.
Con el tiempo te das
cuenta de que los amigos verdaderos valen mucho más
que cualquier cantidad de dinero.
9.
Con el tiempo entendí
que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de la mano,
y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado solo de
amistades falsas
10. Con el tiempo aprendí que las palabras
dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien
heriste, durante toda la vida.
11.
Con el tiempo
aprendí que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de
almas grandes…
12. Con el tiempo comprendí que si has
herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás
volverá a ser igual.
13.
Con el tiempo
te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás
por aquellos que dejaste ir.
14. Con el tiempo te das cuenta de que cada
experiencia vivida con cada persona, es irrepetible.
15. Con el tiempo te das cuenta de que el
que humilla o desprecia a un ser humano tarde o temprano sufrirá
las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.
16. Con el tiempo aprendía construir todos
tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana, es demasiado
incierto para hacer planes.
17. Con el tiempo comprendí que apresurar
las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean
como esperabas.
18. Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo
mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en
ese instante.
19. Con el tiempo verás que aunque seas
feliz con los que están a tu lado, añoraras terriblemente a los que
ayer estaban contigo y ahora se han marchado.
20. Con el tiempo aprendí que intentar perdonar o pedir perdón
decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser
amigo…. ante una tumba…, ya no tiene ningún sentido…
Pero desafortunadamente…esto solo lo entendemos con el tiempo.
(Fuente: La Mente es Maravillosa)