CADA AMOR ES INCOMPARABLE. CADA REENCUENTRO ES EXCLUSIVO, CADA RELACIÓN ES ÚNICA.
Hay teorías para todo, pero las teorías son solo
eso, teorías, las personas somos muy complejas y cada persona, cada pareja es
un mundo. Esta es la razón por la que cuando buscamos en internet o en redes
explicaciones a lo que sentimos muchas veces las teorías y los estudios no
reflejan totalmente nuestro sentir.
Encontraremos de todo: cómo volver con tu ex,
reglas a seguir para volver con tu ella, cuando tiene sentido y cuando no
lo tiene el volver con tu ex, estrategias, complicaciones de volver, pros y contras, olvidar,
reemprender, continuar, volver a empezar una antigua relación, como volver a
una relación pasada que no debió acabar, etc. Vamos a encontrar miles de
artículos porque hay miles de situaciones y nadie nos va a poder decir lo que
es mejor para nosotros, porque solo nosotras sabemos lo que queremos, lo que nos
conviene y si dudamos o no lo sabemos vamos a tener que descubrirlo solas guiándonos
de nuestra experiencia y sobre todo de nuestra intuición.
Y eso cómo lo vamos a poder hacer cuando nuestra vida es un caos. Pues bien, primero vamos a ordenar nuestra vida, eso sí podemos hacerlo. El segundo paso es hacer de la forma más honesta posible un repaso a nuestra historia personal incidiendo en ese periodo en el que estuvimos con esa pareja con la que pretendemos volver. El tercer paso es un análisis de nuestros sentimientos, expectativas y razonamientos, sin olvidar en qué momento estamos y está nuestra expareja, finalmente estableceremos el contacto intentando saber la situación física, psíquica y emocional de nuestra expareja.
Hemos de tener en cuenta varias cosas que nos van a ayudar. Ser realistas, saber si es una posibilidad real o es una idea fantasiosa. Y siempre tener en cuenta qué es lo que nos separó de esa pareja. Si fue maltrato del tipo que sea, está fuera de lugar volver.
Si quedan sentimientos, volver con una expareja, puede ser una buena opción (fenómeno psicológico conocido por economía sentimental).
Una de las cosas que experimentamos los seres
humanos a lo largo del camino por la vida son las rutinas y algunas no son
precisamente elegidas: un trabajo monótono, una vivienda que se ha convertido
en rutinaria, una ciudad que te lleva una y otra vez a los mismos planes, las
mismas atracciones, los mismos lugares, unas compañías monótonas, una pareja que
acaba por aburrirnos. El paso del tiempo
trae madurez pero también hastío y sensación de fracaso en muchas personas. Si
a eso sumamos esos programas televisivos de telerrealidad, series y películas de
ficción románticas o, al contrario, de relaciones tortuosas y además entramos
en las redes sociales donde vemos no solo los perfiles de amigos sino también
de nuestros ex, ya tenemos el caldo de cultivo para entrar en pensamientos bucle
sobre nuestras relaciones pasadas.
A veces nos recreamos en esas exparejas y comenzamos
a idealizar situaciones y también a la persona en sí. Ahí nuestra mente se
vuelve perezosa en eso de volver a empezar a buscar directa o indirectamente
pareja. Y, la pereza es bastante
perniciosa ya que puede hacer que no escuchemos esa voz interior que nos
advierte del dolor, la tristeza y el daño que nos hicieron. Y las emociones incluso
las intensas como el sufrimiento o la tristeza pueden llenar vacíos que nos
empujan a volver con parejas que han sido nefastas. Por tanto
reconstruir o retomar una relación también puede ser una tentación o una meta. Estadísticamente
las parejas que vuelven a estar juntas y les va bien llega al 50%, así que nos
la jugamos.
Veamos ahora en general, sin entrar en la idiosincrasia de cada pareja en particular, las ventajas de ir a una relación anterior frente a entrar en una relación nueva, siempre que aún existan esos sentimientos de amor que nos unieron.
En una relación ya vivida sabemos muy bien donde
nos estamos metiendo. Michael McNulty, terapeuta de parejas, dice que cada relación romántica tiene
“diferencias perpetuas”. Estos son puntos de posible conflicto, como navegar en
un espacio de vida compartido, el dinero, el sexo, los hijos, los amigos, la
familia y otros. estas diferencias perpetuas representan el 69 % de los
problemas que enfrentan la mayoría de las parejas en una relación. Por eso que
algunas personas puedan querer volver a estar con una pareja anterior o tratar
de aguantar con la actual.
Aunque a menudo comenzamos una nueva relación esperando que sea mejor que la anterior, hay que tener cierta cautela. Si estás en una relación y piensas en dejarla, ¡cuidado! porque básicamente estás intercambiando el 69 % de diferencias perpetuas con una pareja con el 69% de diferencias perpetuas para la otra parte.
Por tanto, si vuelves con un ex, al menos ya sabes
cuáles serán esas diferencias perpetuas. Entrar en el ritmo de la relación
puede parecer menos complicado que conocer a alguien nuevo y empezar de cero.
Otro beneficio de volver con un ex es la facilidad
con la que podéis adoptar ciertas rutinas -probablemente ya confías en esa
persona aunque sea en el sentido más pragmático.
Al mismo tiempo, este regreso puede hacerte ver lo
que has madurado. Con una expareja, obtienes un fotograma de un antes y un
después de tu evolución (también de la suya). Una de las razones más comunes
para que los ex reinicien su romance es “sentir que han crecido y madurado”.
Que entonces no estaban preparados, que la situación no era la idónea, las
circunstancias estaban en contra, pero ahora sí es el momento.
Volver con una expareja puede tener sus ventajas y desventajas. Lo bueno es que la realidad ha demostrado que una nueva oportunidad, desde la experiencia que nos da el paso de los años, puede ser buena, especialmente si el otro es una buena persona.
«Siempre hay un poco de locura en el amor. Pero siempre hay también
un poco de razón en la locura».
-Friedrich Nietzsche-
En ese estado de cosas, dar una oportunidad a la otra persona para que te eche de menos es una buena forma de acercamiento, aunque ese acercamiento a veces puede durar mucho tiempo, pero también tenemos que dejar que las cosas sucedan cuando ambas partes están preparadas para ello. Cuando queda mucho amor tras una ruptura se establece el deseo consciente e inconsciente de volver, aún existiendo sentimientos muy potentes de tristeza y sufrimiento.
El sentimiento más negativo es el miedo y debemos conocerlo puesto que este sentimiento nos bloquea e inmoviliza. Aun así, si una de las partes tiene el impulso casi instintivo de volver, va a tener que sufrir en silencio y dar la oportunidad a la otra parte para que sane sus heridas y pueda ver crecer su amor al tiempo que ve disminuir su miedo. Si hay odio y rabia no queda más opción que esperar a que desaparezcan y no dejarse llevar por la ansiedad sino dar tiempo a la otra persona para sanar.
Este tiempo es el que va a permitir a las dos partes a percibir la vida sin el otro y va a ser normal que se vayan sucediendo periodos de añoranza mutua. Poco a poco se va fortaleciendo la personalidad, se va madurando y se va asentando ese sentimiento de amor. Si en lugar de moderarte tienes cada vez más desesperación, es hora de replantearte la situación:¿De verdad es el amor lo que te une a tu ex pareja o más bien se trata de una fuerte dependencia?
La imposibilidad de vivir
sin él o ella son una señal de que está en juego algo más que un gran amor. En cambio,
si tras mucho tiempo aún sientes ese amor, en los más o menos largos contactos, si has sabido si era el momento o no, si has renunciado a presionarlo y si has dejado
que pueda llenar sus necesidades y tener sus experiencias, ese amor va a ser lo
más sólido de tu vida, algo que jamás nada ni nadie podrá romper nunca. Hay una
película que refleja muy bien ese tipo de emociones y sentimientos con el paso
del tiempo: One Day (Siempre el mismo
día) 2011
Así que no mendigues amor. Aprende a estar contigo mismo/a y espera a que esa pareja esté preparada y quiera volver contigo, no importa el tiempo que pase, siempre es mejor estar preparado que quedarse corto. No creas que si le dices cuanto le echas de menos o le reiteras que sin ella no puedes vivir, va a caer en tus brazos, en realidad ocurrirá lo contrario.
No sobrecargues a tu ex pareja, deja que tenga sus vivencias y realiza también las tuyas, eso os enriquecerá a los dos. Dale una oportunidad y dátela a ti también. Recuerda que cuando se cortó la relación fue porque las cosas no marchaban bien sea en el sentido que sea, cuando queda amor tras esa ruptura es muy probable que se pueda retomar. El tiempo permite, a su vez, percibir la vida sin el otro, vivir experiencias nuevas.
El amor incondicional consiste en dejar libre a tu ex pareja si es feliz no estando contigo, no lo olvides, no es lo que yo quiero es lo que yo quiero para ti que te haga feliz aunque tenga que renunciar a ti.
Y finalmente haz un análisis exhaustivo de esa relación que terminó, que fue lo que llevó a la ruptura. Aprovecha la distancia para pensar con tranquilidad. Crece, madura. Examina tus errores y aprende. Haz lo mismo con los de la otra persona y piensa en ello, saca tus propias conclusiones. Al final cuando sientas que estás fuerte y tengas una vida satisfactoria, puedes buscar el acercamiento o quizá la vida te proporcione ese encuentro. En ese acercamiento valorareis y evaluareis honestamente si hay interés, hablareis a dúo sobre lo que sentís i será el momento de que ese fuego vuelva a prender y arderá, no lo dudes.
Floren Solà
Psicóloga