NO TE RINDAS...CONFÍA, LO BUENO DE LA VIDA LLEGARÁ.


NO TE RINDAS…CONFÍA, LO BUENO DE LA VIDA LLEGARÁ.



La vida es caer y levantarnos, es sacudirnos y seguir. Todos pasamos por tropiezos y si tuviésemos la posibilidad de conversar con quienes más admiramos, los que desde nuestra perspectiva tienen mayor éxito, escucharíamos largas historias de batallas perdidas, de enfrentar realidades indeseables, de esforzarse un poco más cada vez… Y luego de muchas caídas lo mejor ocurre… Aún sin garantizar una próxima pérdida, se vive la satisfacción de estar donde queremos.

No resulta sencillo disfrutar cada instante que experimentamos junto a alguien o atravesar una situación determinada, si no nos sentimos cómodos o nos genera sufrimiento. Parte del aprendizaje de la vida es la duda, este sentimiento nos despierta la necesidad de confiar.

Ocurre que por más que deseemos que algo termine, esta situación en nuestra vida, solo cambiará cuando nos haya transmitido su enseñanza; es importante no adelantarse a juzgar ninguna situación o persona, evitar los prejuicios nos ayuda a esclarecer el camino, nos hace imparciales y un tanto más objetivos ante un hecho que afrontamos, esto nos permitirá probablemente tener una mente más clara y fresca, abierta y dispuesta a recibir lo enseñado. Vamos a usar nuestros recursos: humildad, paciencia y aceptación.

Ser humilde, recibir lo que se presenta, desde su esencia y no desde su apariencia. La humildad es una gran virtud que solemos olvidar y en muchas ocasiones son memorables las situaciones que nos recuerdan esta verdad de vida.
Ser paciente y esperar con bondad a que todo pase, la paciencia nos da la serenidad para saber exactamente cómo actuar en el instante y el momento preciso. Cuando vivimos perturbados, con la mente en constante ruido, nos perdemos grandes momentos de nuestra existencia, pasamos por alto detalles que pueden cambiar nuestra vida.

Aceptar lo que nos sucede sin llenar de dudas que nublan el alma y perturban la cordura, no nos quedemos atadas a la desconfianza, si algo o alguien nos genera serias dudas, observamos cuidadosamente nuestro sentir, vamos a la experiencia desde el interior y muy probablemente hallaremos la respuesta.

Lo importante es no perder el rumbo y sobre todo disfrutar de cada instante, agradecer y apreciar lo bueno que hay en nuestra vida.

Cada caída no nos hace más débiles si no que nos hace desarrollar nuestro coraje, nuestro empuje, nuestra resiliencia, si no pasáramos por esos momentos, no apreciaríamos de la misma manera  las situaciones opuestas. “Aquello que no nos mata, nos hace más fuertes.” Nietzsche.

Todo forma parte de nuestro crecimiento. La vida tiene muchos sabores, degustémoslos a medida que se van presentando y seamos conscientes que después de algún trago amargo, puede venir uno dulce o quizá picante que nos sacuda la vida a nuestro favor.  

Buen momento para esta poesía atribuida a Mario Benedetti

No te rindas

No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.

CINCO MANTRAS PARA RECUPERAR EL ÁNIMO Y LA ENERGÍA


CINCO MANTRAS PARA RECUPERAR EL ÁNIMO Y LA ENERGÍA

Si ahora mismo no estás en tu mejor momento, toma nota de estos mantras para recuperar el ánimo y la energía.


1. “El dolor que siento tiene una razón de ser”
Sentir dolor es una de las características humanas. Si no lo hicieses, no podrías apreciar todo lo bueno que tiene la vida, ni tampoco aprenderías lo difícil que son a veces las cosas, y lo fuerte que debes ser. El dolor tiene una razón de ser: descubrirla, o aprender a convivir con ella es algo que te llevará tiempo, pero debes convencerte de que tarde o temprano lo lograrás.

2. “El miedo es una buena razón para empezar a amar”
Sentir miedo es algo habitual: miedo a lo que no conoces. Miedo a ser lastimada. Miedo a equivocarte. Sin embargo, detrás del miedo hay ilusión, hay ganas, y todo esto puede indicarte que aquello por lo que luchas, que te hace sentirte tan asustada, puede ser algo que realmente valga la pena. Así que, ¡adelante! Que el miedo no te siga manteniendo paralizado ni te haga sentir mal.

3. “Cuando limpio mis pensamientos, limpio también mi vida”
A veces es necesario pasar un tiempo a solas, sin nadie más para entender por qué te afecta de ese modo este mal momento. Entenderte a ti mismo es importante para superarlo. Y una vez superes ese dolor y limpies tus pensamientos más tóxicos, estarás también preparado para mejorar tu vida. Deshacerte de lo malo de tu cabeza es enfrentar la vida con una perspectiva más positiva.

4. “No debo luchar contra el dolor, debo asumirlo”
Luchar contra el dolor es algo realmente peligroso. De hecho, concentrarte en no experimentarlo solo te hará sentir peor. ¿Qué debes hacer entonces en esos malos momentos? Simple. Dejar que pase. Has de sentir ese mal trago y has de experimentarlo. Una vez que haya pasado, sin darle mayor importancia, estarás preparado para poder avanzar y estar mejor que ahora.

5. “Soy única, valgo la pena y decido ser feliz”
Cuando pasas por un momento de debilidad, es probable que te sientas realmente pequeño, que no vales nada. Debes convencerte de todo lo bueno que has hecho, de lo que has logrado, y de las características que te hacen especial. Porque no hay duda de que lo eres. Si no te lo crees hoy, repítelo mañana, y así hasta que logres el efecto que estás buscando. ¡Funciona de verdad!
Fuente: Rincón del Tíbet