Una persona muy querida me hablo de que actúa y realiza
las cosas, más que con coherencia, que también, con filosofía. Y, esto me ha
permitido reflexionar.
En mi época de estudiante, ya hace algunos años, la filosofía, la historia y la literatura eran asignaturas de las
llamadas “importantes”, ahora estas asignaturas van perdiendo importancia hasta
desaparecer. Y si desaparecen, ¿qué valores aprenderán nuestros niños y
nuestros jóvenes?
Filosofía para vivir, a mi entender, prepara para respetar
a los demás, al entorno, a la vida, más allá de las diferencias culturales,
religiosas y económicas. La Filosofía nos inspira para vivir en unos principios
que están en esa voluntad de sacar lo mejor de nosotros mismos, de desarrollar
nuestro potencial humano y de realizarnos plenamente como individuos en
relación con la naturaleza y con la sociedad, de una manera integral y
participativa, no como espectadores de una obra, sino como actores en un
trabajo dirigido a mejorar nuestro mundo. Y, si no enseñamos estos valores
¿cómo aprenderán las generaciones venideras a mejorar y cambiar lo que no
funciona bien en el mundo?
En alguna parte leí que ser filósofo es poseer una forma de vida
comprometida con la humanidad, o aún mejor, con las aspiraciones de la
humanidad.
La vida es sencilla y está diseñada para que seamos felices, pero nos
empeñamos en complicarla.
La tecnología actual nos ha llevado a grandes logros, pero no olvidemos la
filosofía para que nos lleve al interior de nosotros mismos y no les neguemos
este conocimiento a nuestros jóvenes.
El sistema educativo actual en manos de un gobierno de recortes está siendo
claramente insuficiente, a tenor de los desalentadores resultados. Politizar la
educación es un error, como los son muchas de las actuaciones políticas,
sociales y económicas, que nos han llevado al mundo actual, injusto,
indiferente, desigual, con situaciones que nos empujan al desánimo,.
Corrupción, paro, desigualdad, miseria, discriminación. Los gobernantes sólo se preocupan de su propio beneficio,
mientras otros ven que el paro se va alargando, cobrar un salario que no
permite llegar a fin de mes es casi una suerte y que veas recortado el sueldo es normal.
Las mentiras ahora lo llaman, lenguaje políticamente correcto y robar lo
llaman desviar fondos. Lo cierto es que la ética se ha perdido y ahora todo
vale.
Pero seamos justos, no todas las políticas, ni todos los bancos son malos,
no caigamos en la tentación de generalizar y nos convirtamos en analistas
superficiales. Sabemos que hay de todo y gracias a que hay de todo podemos
separar lo bueno de lo malo. Así que pongamos un poco de filosofía en nuestra
vida y aprendamos de los que supieron capear las tormentas, escuchemos a
aquellos que supieron vivir con dignidad y digámonos que no todo está perdido y
un mundo mejor es posible ¿cómo? Aprendiendo a vivir mejor, aprendiendo a vivir
con filosofía.