DE POR QUÉ ADMIRAMOS A MILTON ERICKSON





Porque creía que el poder cambiar está latente en cada paciente, y tiene que ser despertado, ayudándolo a reconocerse tal cual es.
Porque propuso y llevó a la práctica la utilización de las anécdotas, dichos, analogías, metáforas…  para establecer empatía con un paciente y con los procesos que están o no dentro de su conciencia inmediata.
Porque practicó la comunicación inductiva. El mensaje implícito dentro de una comunicación formal. Por ejemplo, el mensaje a nivel psicológico incluido en una conversación sobre algún tema social.
Porque sabía que el cambio ocurre en un contexto que incluye la comunicación efectiva y que la comunicación efectiva incluye el contexto.
Porque estaba convencido de que el psicoanálisis se adapta a todos los problemas de todas las épocas, pero la psicoterapia es específica para cada persona en particular.
Porque no fue un recolector neutral de datos sino un buscador de soluciones.
Porque su orientación era hacia el futuro. Cuando una meta era conseguida, se proponía una nueva.
Porque no produjo “Ericksonianos ortodoxos”, sino que estimuló avances que se ramificaron en múltiples direcciones, lo cual ilustra elocuentemente su profundo respeto por la libertad e individualidad de sus alumnos y de sus pacientes.
Porque propuso que terapia es todo aquello que cambia la pauta de conducta habitual.
Y porque donde muchos terapeutas han sido entrenados en escuchar, Erickson se entrenó a sí mismo en ser un comunicador para construir la respuesta de su paciente.

noviembre 10, 2008 Alejandro Jodorowsky

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