¡ESE SENTIMIENTO DE CULPA!
La
culpa no está en el sentimiento, sino en el consentimiento.
Una emoción extremadamente autodestructiva es la culpa y
aunque está relacionada más bien con la autoestima, no es una emoción innata en
el ser humano. Es una consecuencia de nuestras acciones, de nuestras palabras y
de nuestras reacciones.
¿Cómo se relaciona la
culpa con la autoestima?
Las personas que tienen baja autoestima sienten mucha
culpa, como consecuencia les cuesta mucho sentirse bien con ellas mismas, acerca
de lo que dijeron, hicieron, o como reaccionaron ante un hecho cotidiano o
extraordinario.
¿De dónde procede la culpa? La culpa tiene que ver mucho con el nivel de
exigencia personal y lo críticos que fueron en nuestro hogar en la infancia.
Ponerse retos como técnicas de superación está bien, pero si las
expectativas son irracionales o se contradicen con nuestra naturaleza innata ,
serán causa de una insatisfacción continuada y esto pasará cada vez que no se cumplan las expectativas.
La culpa normalmente busca el castigo (hiciste algo mal y la mente justiciera cree que se ha
de pagar por ello). Si este pensamiento
no es liberado, la mente lo hará notar a través de enfermedades que serán un
auténtico auto castigo.
Es muy importante saber que el
objetivo de la vida es ser feliz y aprender a amar. A partir de aquí
cada uno se pone sus normas y sus autoexigencias y sus “debería” o peor, sus “tener que “ ... “Debería dejar de
gritar” “debería estudiar derecho” “debería ser mejor madre”... Todos corresponden
a las expectativas de otras personas, aunque
nos los hemos hecho nuestros y les damos el poder suficiente para que
nos afecten y nos hagan sentir como personas inadecuadas si no los convertimos
en realidad. Pero todavía estamos a
tiempo de elegir, ¿Cómo? Pues escogiendo aquello que nos haga sentir bien y
convirtiendo los deberíamos, y los tenemos, en querer y en poder. Así tenemos frases más adecuadas. Puedo ser ordenada, quiero estudiar
derecho...
Vamos a hacer un ejercicio para
saber si somos personas demasiado duras con nosotras mismas:
IMAGINEMOS que una persona
cercana falla en algo. ¿Cuál es nuestra reacción? Aunque inicialmente nos
podemos enfadar y así lo expresamos, es muy probable que la perdonemos
rápidamente porque queremos a esta persona.
Imaginemos ahora que somos nosotras quien fallamos en algo, ¿Cómo
reaccionamos? Probablemente el problema hacia una misma tendrá unas
repercusiones mayores.
Para saber si nos tratamos como nos merecemos, vamos a
aplicarnos la misma medida que a la persona que más queremos. Esta persona tan
querida tendría que ser nosotras mismas, pero si no lo somos, vamos a intentar
acercarnos lo más posible a la misma medida
que aplicamos a esa persona cercana y querida. Nosotras también lo
merecemos ¿no es cierto? Nosotras también lo hacemos lo mejor que podemos. ¿Por
qué, entonces nos juzgamos peor a nosotras mismas? La vara de medir no es la
misma, nosotras nos tratamos con mayor dureza. Sin embargo, también merecemos
perdón y estima.
¡LA CULPA NO
AYUDA A NADIE!
Nada que haga sentirse mal ayuda. Si realmente hemos hecho
algo que consideramos muy malo, intentemos solucionarlo si se puede y luego
tanto si se puede como si no, liberémoslo y perdonémonos. La culpa reiterada se
convierte en odio a una misma, y si perdemos la conexión con nuestro interior
todo se estanca en nuestra vida. El amor mueve el mundo. Si no hay amor nada se
mueve en nuestra vida.
EL EJERCICIO PROPUESTO SERIA:
Vamos a confeccionar una lista con todas las cosas peores que hemos hecho.
Vamos a anotar las adicciones y todos los comportamientos a los que ahora no
encontramos justificación. Hagamos esta lista con calma, podemos hacerla en
varios momentos, nos ponemos una música que nos guste y dejemos que vayan
saliendo. Al acabar, observamos la lista. Si hay alguna cosa que se pueda aún
reparar, vamos a solucionarlo.
Si no se puede, vamos a mirar si podemos buscar un
equilibrio en otra situación, por ejemplo ayudando a otras personas en la misma
situación. De esta manera hemos equilibrado nuestro error en otra situación
parecida. Si no encontramos ninguna manera, vamos a adquirir con nosotras
mismas el compromiso de que vamos a actuar de forma distinta la próxima vez en
que la vida nos ponga en una situación o nos presente una oportunidad parecida.
Reconozcamos que lo
hicimos lo mejor que supimos con la conciencia de aquel momento y perdonémonos.
Cuando acabemos la lista,
la rompemos y nos olvidamos de todas estas acciones.
Vamos a comprometernos con nosotras mismas con el compromiso de que a partir de ahora
vamos a actuar de forma más consciente y eso lo vamos a poner por escrito en
una carta que nos dirigiremos a nostras. Durante un tiempo la vamos a llevar
encima por si surgen dudas, así la tendremos a mano. Y, recordemos: “La
coherencia interna es lo que da la felicidad a nuestro espíritu”
UNA POSIBLE LISTA:
Yo me siento culpable
cuando:
No hago las cosas con
perfección
No soy feliz
Como muchos dulces
No se decir que no
No estoy de acuerdo con
mis padres
Recibo ayuda de alguien
Dedico tiempo a mi misma
Pido ayuda
Me siento necesitada
Soy amada
No soy productiva
Salgo con mis amigas
Tengo sobrepeso
No vivo de acuerdo a las
expectativas de mis padres
Gasto dinero en mi mismo
No hago los quehaceres de
casa
Estoy delgado
Pienso en mi primero
Pierdo los estribos
Soy antipática con la
gente...
SENTIRSE
CULPABLE NO NOS VA A AYUDAR A TENER UNA AUTOESTIMA SALUDABLE. Tenemos que tomar conciencia que la perfección
no existe y que podemos ser felices y mejorar en todos los aspectos de nuestra
vida. Si nos perdonamos podemos vivir en paz, si nos respetamos y nos amamos a
nosotros mismos, subiremos nuestra autoestima y disminuiremos nuestras culpas.
EJEMPLO DE CARTA QUE NOS PUEDE ACOMPAÑAR
Yo ..... me comprometo a vivir feliz y plenamente el día de hoy, tomando lo
mejor de cada vivencia y experiencia, reaccionando con conciencia y sin
culpas...
Para saber más: http://evolucionconsciente.org/ejercicio-para-trabajar-la-culpa/
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