DEJAR DE SER UNA
PERSONA MEDIOCRE PARA SER UNA PERSONA EXTRAORDINARIA
1. PERSEVERANCIA. Al principio no se es un experto, se va logrando con
el tiempo y perseverando en ello. Así que lo importante es lo que vamos a hacer
después del principio.
2. RODEARSE DE GENTE POSITIVA Y ALEJARSE DE LAS PERSONAS
TÓXICAS. Pasar
tiempo con esas personas positivas y que triunfan en la vida que tienen otra filosofía
de la misma y que a veces se apartan de los cánones sociales puede ser
beneficioso. La gente que nos rodea influye en nosotras más de lo que nos
imaginamos. De la misma forma las personas tóxicas y las negativas también nos
influyen contaminándonos.
3. ENCONTRAR UN PROPÓSITO. El propósito será el motor de nuestra motivación. Imagina
despertarte cada día entusiasmada por las cosas que quieres realizar y cumplir.
Esta pasión por sí misma lleva al próximo nivel. Es necesario moverse y
realizar las acciones pertinentes ahora. Al comenzar ya hemos ganado la mitad
de la batalla. Sólo con enfocarnos en empezar la inercia hace que sigamos
avanzando.
4. ENTENDER EL VALOR DEL TIEMPO. Nuestro tiempo es increíblemente valioso. Ahora es
cuando para hacer las cosas que queremos valoramos nuestros días y horas. Detengámonos
y distingamos las cosas importantes de las que no lo son. Prioricemos aquellas cosas que nos acercarán a nuestros propósitos y
objetivos y dejemos de dedicar tiempo a aquellas cosas que no. Encontremos
un sentido de urgencia porque las cosas importantes no pueden esperar. La mayoría
de las personas no se empujan para ser mejor que la media porque no tienen ese
sentido de urgencia, entender el valor del tiempo cambia eso, créeme.
5. BUSCA INSPIRACIÓN EN LUGARES INESPERADOS. En lugar de seguir buscando en los lugares y campos de
acción que ya conoces, busquemos otras fronteras. Las personas que logran cosas extraordinarias van más
allá, no ven fronteras sino que ven nuevos horizontes.
6. LO IMPORTANTE ES MANTENER LA MENTE ABIERTA Y CONTACTAR
PUNTOS QUE PARECÍAN INALCANZABLES. Actuando de esta manera siempre podremos encontrar
las grandes ideas que están dando vueltas en nuestra mente.
LAS
PERSONAS POSITIVAS
Hay personas a las que se les nota su capacidad para contagiar buen
humor y motivación. Muchas veces atraen la atención de los demás (sin
pretenderlo) simplemente por cómo se mueven y cómo hablan, y otras, desde un
papel discreto, hacen que el ambiente se llene de optimismo y humor.
Detectar a estas personas que transmiten
energía positiva puede llegar a ser complicado, ya
que muchas veces son confundidas con gente con carisma en general. Esta última
categoría es mucho más amplia que la primera, e incluye incluso a los
narcisistas y a las personas con un alto nivel de psicopatía, las cuales
utilizan su encanto personal para manipular. Sin embargo, hay ciertos detalles
que nos ayudan a discernir unos casos del resto.
Veamos algunas de sus características:
1. No están constantemente alegres a solas Cuando
hablamos de "energía positiva" en este contexto estamos utilizando
una metáfora: no existen pruebas de que existan las auras personales ni los
"campos de energía" que rodean a las personas dependiendo de sus
características mentales. Es, simplemente, una manera de hablar sobre el
efecto que las interacciones con ciertas personas tienen en los integrantes de
un grupo o de un círculo social.
Por consiguiente, las
personas con energía positiva lo son fundamentalmente en la interacción con las
demás, no cuando están solas. Eso significa que en una situación en la que
estén aisladas puede que su comportamiento no sea significativamente
diferente al del resto, y que no tiene por qué destacar; se trata de
personas tan humanas como las demás, y al igual que el resto experimentan
tristeza, melancolía, etc.
2. Sonríen con gran facilidad Aunque
parezca extraño, mucha gente evita sonreír, yua sea porque piensan que su
sonrisa no es agradable o por una simple cuestión de imagen personal que está
muy interiorizada.
Las personas que transmiten
energía positiva carecen de esta clase de inhibiciones, y ese simple
hecho hace que su buen humor se contagie mucho más. De hecho, con las sonrisas
ocurre algo similar a lo que pasa con los bostezos, y a no ser que aparezca en
un contexto en el que exprese felicidad vengativa o burla, es muy probable que
ver una haga que automáticamente la imitemos gracias al efecto
camaleón.
3. Son honestas Si se le da tanto valor al
buen humor de las personas que transmiten energía positiva es porque todo el
mundo sabe que su felicidad es genuina. Es decir, que los momentos de
alegría que proporcionan están muy cotizados, porque en el momento en el que
aparecen ya se sabe que son verdaderos, y no una simple artimaña para caer
bien.
Eso significa que estas
personas no modifican su encanto y su manera de expresar alegría dependiendo de
con quién estén tratando y, si lo hacen, será para fingir seriedad, no lo
contrario.
4. Disfrutan compartiendo su buen humor Si alguien
ve cómo sonríen, no disimularán su expresión con una mueca. Si algo las hace
felices, transmiten la buena noticia a los demás, sin guardársela.
Valoran la posibilidad de hacer que su s círculos sociales se sientan mejor.
5. Evitan el estancamiento Esto no significa que estén
constantemente embarcándose en nuevos proyectos impresionantes, sino que no
experimentan la vida como algo que todo el rato permanece igual, lo cual puede
llevar al estancamiento emocional. Disfrutan de los
procesos de evolución personal y no se quedan ancladas en los recuerdos acerca
del pasado o de hipotéticos tiempos mejores.
Este optimismo vital es
parte de esa energía positiva que se encargan de transmitir a todos los demás.
6. Ponen énfasis en el lado bueno de las cosas Las personas que contagian energía positiva saben que el modo en el que se
vive la vida depende en buena parte de en qué clase de aspectos decidimos
centrar nuestra atención.
Por eso, de manera
espontánea quitan relevancia a los acontecimientos que pueden ser interpretados
fácilmente como accidentes desafortunados o desgracias, y construyen
interpretaciones alternativas a estas vivencias que resultan más esperanzadoras
o incluso humorísticas.
7. Expresan afecto Son personas que no sienten
vergüenza al expresar afecto y amor no solo mediante las palabras, sino también
a través de las acciones y, especialmente, mediante el contacto físico
(aunque el grado en el que lo hacen depende de la cultura en la que vivan).
8. Se preocupan por los demás Una parte
de la empatía que muestran estas personas
consiste en interesarse de manera genuina por la vida de los demás, lo
cual implica que se preocupan por sus aciertos y fracasos y en muchas ocasiones
tratarán de ofrecer ayuda desinteresada simplemente para ver cómo el prójimo se
empieza a sentir mejor.
9. No prejuzgan Las personas que contagian
energía positiva lo hacen por defecto con todo el mundo, asumiendo que todos
merecen sentirse alegres hasta que no se demuestre lo contrario. Por eso
expresarán su alegría incluso ante desconocidos, a los que tratan de manera
cómplice.
Te dejo un magnífico poema de Charles Chaplin para
reflexionar e inspirarte.
EL MUNDO
PERTENECE A QUIEN SE ATREVE.
¡VIVE!
Ya perdoné
errores casi imperdonables.
Trate de sustituir
personas insustituibles,
De olvidar
personas inolvidables.
Ya hice cosas por
impulso.
Ya me decepcioné
con algunas personas,
Más también
yo decepcioné a alguien.
Ya abracé para
proteger.
Ya me
reí cuando no podía.
Ya hice amigos
eternos.
Ya amé y
fui amado pero también fui rechazado.
Ya fui amado y no
supe amar.
Ya grité y
salté de felicidad.
Ya viví de amor e
hice juramentos eternos,
Pero también los he
roto y muchos.
Ya lloré escuchando
música y viendo fotos.
Ya llamé
sólo para escuchar una voz.
Ya me enamoré por
una sonrisa.
Ya pensé que iba a
morir de tanta nostalgia y…
Tuve miedo
de perder a alguien especial
Y terminé
perdiéndolo
¡Pero
sobreviví!
¡Y todavía vivo!
No paso por
la vida
Y tú tampoco
deberías sólo pasar… ¡Vive!
Bueno es ir a la
lucha con determinación
Abrazar la
vida y vivir con pasión.
Perder con clase y
vencer con osadía,
Porque el
mundo pertenece a quien se atreve
Y la vida es mucho más
para ser insignificante.”
– Charles
Chaplin


