TIEMPOS DE INTERNET. APLICACIONES,
PLATAFORMAS Y PÁGINAS DE CITAS
Durante la primera
cita, dicen que se podrá evidenciar si
hay magia, química o sencillamente un momento casual para compartir.
Y es que
precisamente de eso se trata. Conocer a alguien, disfrutar un encuentro y saber
si hubo o no afinidad, si hubo ‘feeling’ para una amistad, un romance o algo más.
Sólo una misma
podrá saber si se está en marcha.
Por supuesto una/o
no puede enamorarse de inmediato, pues es lógico que no habrá un sentimiento
sólido como para que podamos decir a los pocos minutos y de manera irresponsable: “te
quiero”. Eso solo espantaría al otro.
Lo mismo ocurriría
si nos lo dicen. ¡Vaya cara de asombro se nos iba a poner! Eso evidencia posiblemente
que estamos ante una persona inmadura emocionalmente, que no sabe que apenas se está en una etapa de conquista y que al comienzo, todo resulta perfecto.
Por eso es mejor
dejarlo en “marcha” que no es más que sentir una atracción particular por esa
persona, que empieza a ocupar una parte
de nuestra atención y pensamientos. Esta sería una señal de que la cosa está en
marcha, nada más.
La siguiente
pregunta que nos hacemos es si esa persona siente también
afinidad o sólo una bonita amistad. De todas formas, todo es ganancia.
Pero
aquí la pregunta es clave: ¿estamos dispuestas a seguir adelante, tenemos el
control y somos conscientes que es mejor ir paso a paso, conocerse bien y que solo
después de esos primeros pasos podremos decir SÍ y dar espacio a otro sentimiento?
Debemos tener claro que nosotras somos las que decidimos qué dirección
vamos a dar a esa cita.
¿Cómo saber si la otra persona está en la
misma conexión?
Esta es una preocupación constante, pues se ha dicho que quien se enamora pierde. Sobre todo cuando están
en esa fase de conocerse y saber qué es lo que quieren.
De todas formas hay algunas claves que nos permiten medir el interés que la otra
persona muestra.
Estas son algunas posibles indicaciones:
1. Comunicación abierta más que constante.
2. El gusto por querer compartir momentos
juntos y experiencias del pasado.
3. La formalidad vista como el querer
compartir las amistades.
4. Abordar temas familiares e íntimos.
5. Hablar de proyectos futuros e involucrar a
la persona con compromiso, compañía, ternura y admiración.
6. Saber que está poniendo el ojo en el mejor
o la mejor.
Se requiere un
tiempo específico para que alguien sienta que se está en sintonía con el otro, pero el tiempo es
mental, el tiempo cronológico no puede establecerse en medida. Existe una
medida mental que nos puede clarificar esto, por ejemplo cuando la personas
hacen sentir al otro u otra como la única(o), especial e irrepetible. Esto
puede durar en tiempo de una a muchas citas, depende de cada relación y de las
expectativas o claridad que las personas tengan de la misma.
Es necesario
reconocer que es más sano cuando la relación pasa de una amistad abierta y
sincera a una relación de pareja madura en la que se llega a amar con el
corazón y la razón: “me gustas y me convienes”.
¿Qué pasa si una de las partes se ilusiona y
el otro no?
Es muy común en la
vida real. En estos casos la persona que ve que no está al mismo ritmo, o que
las intenciones, gustos, sentimientos o emociones no coinciden debería ser
quien tome la iniciativa al diálogo y exponer en forma clara y abierta lo que
siente. Si esto se hace a tiempo es muy posible que se pueda conservar una
amistad. De no ser así, se cumple y se debe respetar la decisión de la otra
parte que en ese momento es vulnerable y sensible.
También se puede
frenar si se siente que las cosas van rápido o aún no se conoce lo suficiente a esa persona.
Una de las maneras de frenar que puede llevar al sufrimiento es haciendo este
proceso tan importante en la vida de cualquier ser humano como un proceso
serio. Dejar fluir y dejar pasar es sano. Así se tiene tranquilidad y paz, pero
cuando se identifican cosas que no van a llenar desde algún punto de vista, se
debe hablar y clarificar porque no siempre lo que se percibe ratifica la
realidad.
Tener claro lo que
se quiere y lo que no se quiere acorta el tiempo de decisión. Si está claro que
una relación no amplía la sensación de llenura preexistente en la persona como
individuo hay que parar a tiempo, hablar abierta y sinceramente. Recordemos que las actitudes de un ser humano no
dependen del contexto social o de lo que la otra persona espera, dependen de sus
esquemas mentales, de su historia de vida, de sus experiencias y que nadie va
a cambiar por nosotras, cambiará por sí
misma, así que si hay algo que no va, mejor detenernos. Para eso se requiere hacer
un proceso consciente, lógico y racional.
Sin embargo hay personas que tienen claro lo
que quieren y lo que no quieren. Esto acorta el tiempo de decisión.
Señales que se encienden. Vamos a imaginar un termómetro, en ese momento
la temperatura empieza a subir y todo indica que hay conexión, que se está en “marcha”:
1 Se convierte en el primer pensamiento,
cuando nos despertamos y el último, justo al irse a dormir.
2. Nos apetece hablar con esa persona de todo,
de cómo ha ido el día si ha sido bueno o malo.
3 Hablamos de futuro. El léxico cambia y esa
persona empieza a figurar de manera consciente en el proyecto de vida y esa
persona contribuye a ponerle sentido a nuestra vida.
4 Es la persona que llena instantes de
felicidad. Por supuesto viene acompañado cada encuentro de mariposas en el
estómago. Pasamos a lo que llamamos “química”.
"QUÍMICA"
Tratar de explicar
y poner en palabras de qué se trata la atracción que se da entre dos personas,
es sumamente apasionante. Porqué una persona se siente atraída por una
determinada persona y no por otra, es algo muchas veces inexplicable.
La atracción, que
también se puede definir como “química”, es esa poderosa fuerza que nos lleva a
querer estar todo el tiempo con la otra persona elegida y no poder sacárnosla
de nuestro pensamiento.
Es esa electricidad
que podemos sentir estando en su presencia, una mezcla de ansiedad,
nerviosismo, magnetismo, confianza, entusiasmo y total bienestar.
La atracción
física, quizá sea la más evidente, la que no conlleva demasiado misterio, pero
la química que podemos establecer con otra persona desde el punto de vista
emocional, a partir de su personalidad, su manera de ser, de expresarse, quizá
sea la más interesante de analizar.
La atracción, es
esa fuerte conexión que podemos sentir con la otra persona auque haga apenas
horas que la conocemos.
Desde el punto de
vista puramente químico u orgánico, la responsabilidad de tener esas
sensaciones hacia determinada persona, es de las feromonas, sustancias que
segrega el organismo y que se perciben de manera muy sutil a través del olfato.
Cuando una persona
segrega gran cantidad de feromonas, mayor será el interés que despierte en
otras.
El olor de las
feromonas es imperceptible. Es una mezcla de secreciones exudadas por el
organismo de manera inconsciente.
De esta manera,
podemos afirmar que estas sustancias químicas intervienen en el juego de la
seducción y regulan la atracción entre dos personas.
La química, muchas
veces se da instantáneamente cuando conocemos a una persona, pero muchas otras
puede darse con el tiempo, a medida que la vamos conociendo más en profundidad
y comenzamos a establecer una relación empática, de confianza.
La atracción es
algo que escapa a la voluntad. Es una energía que se experimenta en todo el
cuerpo y en el alma, es muy fácil de percibir a través del lenguaje corporal
que son las señales que emitimos con nuestro cuerpo cuando nos comunicamos de
manera no verbal.
Pero atención, la
química al igual que la pasión, puede extinguirse con el tiempo, por eso hay
que cuidarla día a día, enriquecerla con detalles románticos, para que no se
apague y perdure por siempre en la relación de pareja y asegurarnos un vínculo
duradero y sumamente emocionante.
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