CLAVES PARA SABER SI ESTAMOS ENAMORADOS DE NUESTRA PAREJA



¿ESTAMOS ENAMORADOS DE NUESTRA PAREJA?

Es algo absolutamente normal que, después de haber pasado por una mala experiencia con una pareja, uno no quiera volver a equivocarse. En algunas ocasiones, y ante la posibilidad de habernos vuelto a enamorar, empezamos a preguntarnos: ¿y cómo sé que lo que estoy sintiendo es lo correcto?
Podría decirse que casi hemos perdido la confianza en lo que sentimos como guía de lo que debemos hacer a continuación. Esto nos devuelve directamente a la inteligencia emocional, al mundo de las emociones y los sentimientos, que tan poco conocemos y, como consecuencia, tan torpemente manejamos.
¿Cómo saber cuándo una relación ya no funciona o simplemente cuándo ha llegado el momento de cambiar algo? Racionalmente podemos dar muchas explicaciones, pero básicamente es porque nos sentimos mal. El aprendizaje que tenemos de las emociones es tan escaso que, cuando éstas se manifiestan, o no les prestamos la atención que requieren, o las interpretamos al revés. Hemos oído con cierta frecuencia decir a algunas personas que para ellos amar y sufrir es todo uno, que el amor va ligado al dolor, que amar significa aguantar,... y un sinfín de interpretaciones del amor que hacen que éste sea finalmente de muy poquita calidad, a veces incluso incómodo.
Entonces, ¿cómo saber si la relación con alguien va por buen camino? Sencillamente, porque nos sentimos bien. Sentirse bien no es el sustituto de la bola de cristal para adivinar el futuro y, por lo tanto, no quiere decir que vaya a ser una pareja para toda la vida, el alma gemela, o la persona ideal. La relación, ya lo hemos comentado con frecuencia, es fruto de lo que se hace cada día, no de que Cupido sea más o menos certero cuando lanza la flecha. Por eso, lo que se hace cada día hay que hacerlo con alguien con quien nos sintamos bien.
Algunas claves para saber que se está enamorado serían:
  • Sentirse bien cuando se está con la pareja. Se crea un clima de confianza y la persona se siente segura al lado del otro.
  • Tener deseos de compartir, de hacer actividades y cosas conjuntamente.
  • Tener ganas de conocer más profundamente los deseos, las ilusiones y los objetivos del otro.
  • Tener ilusión, una proyección positiva hacia el futuro (puede ser en el mismo día, en semanas, en meses...). Es lo que solemos identificar con sentirse vivo.
  • Echarse de menos cuando se está separado (aviso: esto no justifica una interminable cadena de llamadas diarias o de control de la vida del otro).
  • Tener deseo físico, sexual, buscar el contacto de piel que es fundamental para la creación del vínculo entre dos personas.
Es importante también distinguir entre estar enamorado y querer al otro. Se puede querer y no estar enamorado. Se puede estar enamorado y no saber querer. En pareja, especialmente cuando ésta ya se ha consolidado, ambos aspectos, querer (saber querer) y estar enamorado, son necesarios. Hacer que ese sentimiento vaya creciendo, introduciendo cambios a lo largo de la relación, para que no se produzca el aburrimiento o la falta de interés, es el proceso necesario para que una relación resulte duradera.
Estar enamorado, en principio, sería más el deseo, a veces casi exclusivamente sexual, de estar con el otro. Implica la necesidad de piel y de contacto íntimo. Esta sensación se puede mantener a lo largo del tiempo pero, en otras ocasiones, cuando el deseo sexual se ha satisfecho, uno suele pensar que se ha desenamorado y, en el fondo, no falta razón, pues ya no es preciso satisfacer una necesidad física.
Querer al otro significa haber tenido tiempo para conocerle, para valorarle, y para estimar si se trata de la persona con la que se quiere compartir el tiempo, el espacio y las ilusiones.
Para que el juego en la pareja sea limpio es preciso constatar que este sentimiento es recíproco y tener presente que hay que respetar la voluntad del otro. Una pareja es cosa de dos (par), y muchas veces la necesidad propia hace que se olvide la voluntad ajena, de manera que cuando uno se siente enamorado, empieza a desplegar una serie de estrategias cuyo fin es gustarle al otro, pero no necesariamente quererle.
Si cuando se está enamorado se intenta conquistar o seducir a la otra persona, pero ésta no responde de manera acorde a lo que se quiere, no hay que forzar, perseguir, obsesionarse ni, mucho menos, dramatizar.
En el juego nada frívolo del amor hay dos participantes que tienen que establecer claras las reglas del juego, tienen que tener ganas de jugar los dos y, por encima de todo, tiene que ser una partida agradable y divertida de jugar. Aprender, disfrutar y crecer con la experiencia dependerá de las habilidades personales, pero es sin duda la jugada que todo el mundo quiere que le toque.
Por lo tanto, hay que aprender a:
  • escuchar nuestras emociones
  • identificarlas
  • interpretarlas
  • gestionarlas eficazmente
Nadie nos puede decir si una persona es buena para nosotros o no. Cada uno tiene la respuesta, y ésta nos la da lo que sentimos. Aprender a confiar en ti mismo y en lo que sientes, es la clave para saber si estás enamorado y si quieres querer a alguien.
Fuente: https://www.meeticaffinity.es/misc/advices_online.php?article=12

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